Gabriela Gutiérrez por Ana Buffagni





Hace pocos días vi el 1º capítulo de Twin Peaks. Enseguida me acordé de Gabi porque en los títulos aparece una cascada filmada en cámara lenta que me hizo pensar que tranquilamente David Lynch y Gabilux podrían convertirse en buenos amigos. Seguramente si el director viera a Gabi entrar de la calle al taller de Diana y sentarse, como para descansar de un día largo, apoyando un brazo en la mesa con ese peinado y los ojos grandes de tanto ver agua, no perdería un segundo en inventarle una película.
Algunos hacen películas de sueños mientras Gabi cuenta que sueña. Sueña insistentemente con el agua, le gusta mucho mirarla, zambullirse, nadar, pintarla. Y supongo que los sueños y el agua se parecen bastante, después de todo venimos de líquidos; en ese período de gestación que se debe parecer bastante a un sueño estamos sumergidos en humedad. Y la sensación onírica se parece más a flotar en las profundidades que a los pasos rápidos sobre la tierra.
De ese microclima de tiempo lento y humedad parecen venir sus obras. Extrema calma, pero de una energía inagotable. Donde hay lugar para todo tipo de plantas, que se amontonan sin pelearse alrededor del agua, en platea preferencial para disfrutar del sonido y las salpicaduras frescas de las cascadas. Como su Tío abuelo debe dedicarse a buscar la luz mientras pinta las imágenes de los santos, Gabi hace brillar a sus cascadas, dejando brotar el agua de los papeles negros de noche; retratándolas en un instante quieto, pero que permite imaginar los caprichos de cada una de ellas. Y quieren ser cien o muchas y se esfuerzan entonces cada una para no perderse en la multitud y ser la más linda de las fotos.
Mientras el agua cae y los animales duermen escoltándola, mirar esos saltos provoca que el cuerpo se deshaga en agua. Salpicadura de rocío, humedad, frescura patinosa. Como el pájaro derretido de los esfínteres relajados, agradezco las presiones sociales que no dejan que mis líquidos escapen de mí mientras las veo.
Y todos los miércoles de junio hasta hoy, la veo a Gabi retratando el agua en noches de luna, como si fuera esa la única tarea que la retiene en tierra.