fausto amadeo por sofia medici


Alquimia


- Papá ponele más rosa.

Le dijo Nina, su hija
- Parece una poronga de elefante

Comentó Julio, su papá

Todo había empezado unos meses antes en Cariló. Su amigo Roli le había conseguido un rollo grande de tela y Fausto se quedaba todas las noches fumando y pintando hasta las 5 de la mañana.

Ahora me muestra la página web de su estudio de arquitectura, sus diseños de muebles, sus calados, su colectivo artístico, su autopista utópica, pero me dice: “Esto es lo que quiero mostrar”. Y pone las pinturas de Cariló en orden casi secuencial.

Primero pintó Nro. 1, sin dibujar, pero le quedó chico.
Nro. 2 lo agobió porque le faltaba aire y síntesis.
En Nro. 3 usó por primera vez un patern hecho con un molde real (un paquete de Marloboro 10).
En Nro. 4 probó con una esponja hasta que el mismo patern se convirtió en su propio negativo, también probó verter y chorrear.
En Nro. 5 dejó que aparezca el espacio y con el espacio, el vértigo.
Nro. 6 se hizo objeto, se duplicó, se hizo mancha densa como el petróleo.
Las seis obras componen un recorrido temporal y experimental, como tubos de ensayo puestos en orden cronológico por un científico que busca la fórmula perfecta.

La palabra alquimia procede del árabe al-kīmiyaˀ (الكيمياء) que significa ‘verter juntos’. Así, vertiendo, se fabricaban los lingotes de oro. Fausto vierte y chorrea, genera patrones que podrían contener una fórmula química, crea espacios y transforma a la pintura en un objeto contenedor. No sé si lo que busca es oro, pero con cada ingrediente nuevo hay un hallazgo.

No puedo dejar de preguntarle cuántos años tiene Nina. “Cuatro”, me dice, “y fue concebida mitad conciente, mitad inconcientemente”. Ahora Fausto espera a su segundo hijo, un varón, y también quiere ponerle un nombre de cuatro letras: Tito? Nico? Vito? Toni? El que más le gusta por ahora es Ciro. ¿Será un nuevo crítico para su obra? Seguramente, e incluso si tiene suerte, venga con la fórmula perfecta bajo el brazo.

Pienso: Ojalá que no, así Fausto sigue pintando.


Sofia Medici
Octubre 2011