Joaquin Motor


por Marina E. Rubio
diciembre 2018

Hay universos que caben en el filo de un cuchillo. Un solo reflejo en el canto puede multiplicar todo tantas veces como nadie imagina.
Joaquín Motor vive sobre ese filo. Su casa es su estudio, su taller, su tumba, su mundo.
Paremos.
Su mundo no, el mundo de Joaquín no cabe en las paredes. Necesita cuerpos, rutas, formatos que todavía no sabe. Su método es cambiar: usar skate, dibujar, diseñar, tatuar, pintar, escribir, inventar.
¿Inventar? ¿Qué inventa? Mundos posibles.

Motor pinta dibujos perennes, en envases descartables. Viste cuerpos con líneas negras que tatúan perros, rosas, motos, corazones, serpientes, y por supuesto, cuchillos.
Volvamos a los cuchillos: estan﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽﷽ los cuchillos: bolsos, stikers, murales y en una pintura illos. Volvamos a los cuchillos y su filo.
s fán en bolsos, stiker, murales y, desde ahora también, en una pintura. ¿Qué cambió? ¿La percepción o el soporte? ¿Importa?

Donde no están, es en los aforismos y su flor. Porque de noche, se pone romántico.