El bajo perfil y la música


El bajo perfil y la música.                                                        26 Octubre de 2011
Si bien no es una expresión "de diccionario" la verdad es que se usa bastante.
Se deriva del uso que tiene en la ingeniería donde algún objeto se diseña con un bajo perfil significando que es más delgado, fino, bajo o pequeño que la media, con la finalidad de obtener así un mejor desempeño, por ejemplo ofreciendo menor resistencia al movimiento, o lo que aplique. Por ejemplo tenes llantas para los automóviles deportivos de bajo perfil, o en un ámbito muy diferente, tarjetas madre para las computadoras de bajo perfil significando que tienen una parte plana o fina para permitir un tamaño más pequeño en la computadora (para su cobertor o carcasa).
Llevado al ámbito de las personas, alguien que tiene un bajo perfil evita la sobre-exposición publica, la prominencia o notoriedad. Es alguien que como también se dice "vuela bajo el radar". No en el sentido que evite la acción, sino que evita la popularidad de estas y de si mismo.
Al contrario de alguien que necesite de notoriedad y ser conocido, como en el caso de un político o artista, donde buscan tener un "alto perfil". El asunto puede volverse confuso cuando utilizamos el término de manera relativa, y decimos que tal o cual político mantiene un bajo perfil, refiriéndonos a que es menos conocido o de menos notoriedad que el resto de los políticos (pero no del resto de las personas).
Además no define necesariamente a una persona, sino que una determinada actitud (por ejemplo en la frase, "mejor mantén un bajo perfil hasta que termine el juicio", o sea en este caso por motivos estratégicos mejor no atraer la atención hasta terminar el procedimiento legal).

Plomo: palabra del lunfardo aplicada a los asistentes de los músicos que arreglan sonido, luces, afinan instrumentos, cargan parlantes. Origen de la palabra: en el ambiente del tango, los que insistían en llevar el bandoneón al músico para poder entrar gratis al concierto. De tanta insistencia, los bautizaron plomos.

¿Alguien recuerda a Pipino Cuevas? Pipino Cuevas era (es) un jugador de fútbol maravilloso, de una habilidad sorprendente y capaz de gambetear a un equipo de Rugby entero, pero que, aunque sea en su paso por River, cuando llegaba a la hora de la definición, en la mayoría de los casos, se equivocaba. O hacía una de más. O mandaba la pelota a las nubes. O comenzaba a dar vueltas como una calesita hasta que se la sacaban. En la misma línea también existen cuentistas geniales que no saben cómo terminar sus relatos y abusan del final abierto y tipos graciosos que no le encuentran remate a los chistes y quienes tienen una inteligencia asombrosa en múltiples disciplinas pero nunca logran aplicarla a una cuestión práctica de la vida. Personas que, se nota, tienen algo importante entre manos pero no saben cómo sacarle el máximo provecho. Porque no quieren. Porque no les importa Porque no les tienen paciencia.