Santiago Rey por Guillermo Miedan




Santiago Rey crea objetos. Objetos para un living imaginario. Por ahora hace los objetos pero piensa armar más adelante un living completo, real, pero que no será el típico living seguramente. Un sillón, eso sí, para poder tirarse, fumar un cigarrillo y dejarse rodear. Dormir con los ojos medio abiertos y soñar con sueño ligero. Una mesita ratona para los pies, tal vez hecha por el mismo Santiago, que aprendió carpintería y quiere algún día fabricar mesas bajas. El resto del living serán sus objetos. No habrá una tele ahí sino un ente cuadrado y peludo exhibiendo para los curiosos un paisaje lunar en su interior. En el piso no habrá una alfombra sino un charco permanente donde han ido a parar las ramas arrancadas por un ventarrón, o tal vez una nube negra suspendida en la pared con los rayos petrificados por el fogonazo de un relámpago. Una medusa gigante flota en un estanque vertical que hunde en su profundidad todo lo que refleja. Y desde el fondo de un sueño de resaca la manteca alucina una muerte melancólica. Unas formas que se posaron en un cristal crearon un ecosistema tan frágil que parece sostenerse sólo con la mirada. Y de las paredes colgarán palabras que, reverberando en los objetos, provocarán otras imágenes, otras ideas y otros viajes. Todo eso la primera noche. Las otras noches la función se renueva y esos objetos y esas palabras serán otras cosas. Está claro que el living de Santiago no necesita una tele.